NOTA SOBRE EL INCREMENTO DE LOS PRECIOS DE LAS MATERIAS PRIMAS

Desde mediados de 2020, las materias primas están experimentando un desorbitado incremento de precio. Diversos factores están detrás de este alza de precios: el aumento de la demanda de materias primas, inicialmente en China, pero también en el resto del mundo al calor de la recuperación económica, la lenta recuperación de la capacidad productiva a nivel mundial tras la inactividad durante la pandemia, el incremento en los precios del transporte marítimo de mercancías y los recortes de suministro por las asimetrías en las rutas comerciales y la reducción de contenedores disponibles, el encarecimiento de la energía e, incluso, las propias estrategias comerciales de los países productores de materias primas.

La aparición de las diferentes variantes del COVID, en concreto, la variante Omicrón en noviembre de 2021, y las nuevas restricciones en los países para contenerla, siguen retrasando la recuperación de las cadenas de suministro mundiales. En concreto, las medidas “covid-cero” implantadas por China pueden incluso incrementar los problemas de suministros.

La evolución de los precios de las materias primas es difícilmente predecible, pero parece lógico pensar que, en la situación actual, seguirán en alza. De hecho, el índice Dow Jones de commodities, que refleja movimientos en los precios de los contratos de futuros de un conjunto diversificado de materias primas pertenecientes a diversos sectores, incluyendo energéticas, comenzó a bajar a final de 2021 pero ha vuelto a remontar en enero. Este índice se encontraba en 563,75 euros a finales de julio de 2020 y en 694,58 euros en enero de 2021, mientras que a comienzo de enero de 2022 se sitúa en 960,65 euros, lo que supone un incremento desde julio de 2020 del 70,40% y de algo más de un 38% en el interanual de 2021.

Esta situación está suponiendo un fuerte impacto en muchos sectores productivos. La construcción, uno de los pocos sectores que había logrado casi esquivar los efectos de la pandemia, atraviesa desde hace meses una complicada situación. Una subida del coste de las principales materias primas sin precedente que podría elevar el precio de la vivienda nueva hasta un 15%.

La preocupación es «máxima» entre las empresas constructoras y promotoras, tanto las que se dedican a la obra pública, como las que trabajan en el sector privado.

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